domingo, 26 de septiembre de 2010

Las mujeres de mi vida


(foto de mi abuela isabel con gafas 3d, se me deja hacer cualquier cosina)


Me apetece escribir sobre mujeres, pero es difícil no caer en el típico texto alegato feminista que todos conocemos y que en realidad ya no cala. Quizás, el único posible antídoto que se me ocurre así a bote pronto sea escribir desde el corazón, dejarme llevar sin planificar y permitir que los sentimientos vayan invadiendo mis espacios y quizás los vuestros.
Hace años leí en un libro cuyo título a priori me crispaba “Malas”. Carmen Alborch hacía un análisis sobre el comportamiento de las mujeres y su relación con la sociedad. En este contexto explicaba como durante mucho tiempos a las mujeres se veían obligadas a competir una con otras para poder seducir a los hombres , si bien éstos eran su único medio de ganarse la vida y conseguir casarse con uno muy solvente o de clase más alta era considerado un triunfo social. Esta reflexión me conmovió profundamente, eso es algo que hemos estado viendo toda la vida, pero así escrito parece que impacta más. Eso explica muchas cosas, muchos estereotipos, muchas presiones, muchos dolores y a la vez desata en mi un fuerte sentimiento de ternura, acogimiento y de protección hacia otras mujeres. Joder chicas, vaya mochila con la que nos ha tocado viajar. Quitarse toda esta mierda nos va a llevar un par de generaciones como mínimo. Tan fácil y tan difícil al mismo tiempo. Tan fácil porque es simplemente un cambio de enfoque, estamos juntas para ayudarnos y crecer y tan difícil por los miedos, inseguridades, bloqueos y faltas de confianza que nos han envuelto siempre.
Yo sinceramente, no me imagino mi vida sin las mujeres que quiero. Veo continuamente tanta lucha, tanta fuerza y tanto amor que saben dar, que me emociono solo de pensarlo. Las dificultades en la vida te hacen crecer, eso ya lo sabemos tod@s pero si además te sientes arropad@ en tus luchas, los progresos se multiplican. Los miedos bloquean la capacidad de querernos, de respetarnos y de confiarnos. Parte de nuestro reto como mujeres es eso, superar nuestros miedos, inseguridades y dependencias, realizarnos como seres integrales, con parte emociona y profesional. Sinceramente la parte más difícil, que en muchos casos es la emocional, la tenemos en gran parte resuelta, ya nos queda solo confiar en nuestros recursos y saltar al vacío. Nos sostenemos chicas, podemos y sabemos. Ahora queda que ellos vayan recorriendo también su camino, que el crecimiento vaya siendo paralelo y aprendamos también a querernos de otra manera, más libre, más respetuosa, más independiente y más hermosa. Yo estoy dispuesta a hacer el camino, a aprender y a dejarme guiar y vosotr@s??

Me resisto a finalizar este post sin mencionar a algunas de las mujeres de mi vida y darle las gracias por acompañarme y enseñarme tanto, a mi abuela Isabel por su coraje y fortaleza, a mi madre por su crecimiento y su lucha, a mi hermana por ser de las personas que más quiero en este mundo, a mi prima isa por enseñarme que las diferencias también unen, a mi amiga Mamen por su entrega, fidelidad y confianza, a Marian por nuestro viaje juntas, a Silvia por ser tal cual es, a mis tías Pilar y Nar por sus enseñanzas y confianza, a las Bolingas en general por el aprendizaje juntas y todos los momentos vividos, a Mari por verla florecer de esa manera y aprender con ella, a Vicky por escucharme y comprenderme, a Encarna y a Vane por sentiros cerca, a Annabelle por estar ahí y confiar…

(Otro día escribiré sobre los hombres de mi vida, que también me han dado mucho).

jueves, 9 de septiembre de 2010

El efecto mariposa


“El simple aleteo de una mariposa puede cambiar el mundo".

El tema del destino, de la libertad, del libre albedrío siempre me ha intrigado. Bueno, no sólo eso, muchas veces hasta me tortura. Me gustaría que alguien pudiera resolverme este enigma, saber si soy plenamente responsable de mis actos, o si la vida puede más que nosotros y en realidad el impacto de nuestras decisiones es mucho menor de lo que creemos. Si en las dificultades tengo que seguir luchando o simplemente son señales de que la situación no fluye y necesito cambiar de táctica. Si las cosas pasan porque sí o si alguien mueve los hilos o si esos hilos sólo los movemos nosotros…Vaya embrollo, hasta explicarlo me cuesta. Y entenderlo ni te digo…

Me gustan las pelis que tratan estos temas, me alegra que alguien intente posicionarse o al menos plantee la cuestión abiertamente. Me interesa mucho como van resolviendo el enigma, cómo plantean la disyuntiva o si al final se rinden y lo dejan abierto a merced del espectador. Me encanta ver a Bill Murray en ese peculiar hombre del tiempo viviendo una y otra vez el mismo día hasta que consigue cambiar, aprender y llegar allí donde se suponía. O aquellas puertas de metro a lo Gwyneth Paltrow que se abrían, y cerraban y según estuvieras dentro o fuera, te llevaban por carriles diferentes para llegar al mismo punto… En realidad a mi me gustaría que la vida fuera así, que fuéramos libres para hacernos de cada día lo que necesitamos pero que hubiera un punto al que llegar, que todo tiene un sentido, que caminamos para algo aunque a primera vista no esté muy claro. Que todos llegaremos pero hay que ir decidiendo el cómo y el cuándo.
Anoche ví "El efecto mariposa" Fuerte. Aquí plantea el tema de forma diferente ¿Y si cada pequeña decisión de nuestra vida nos va determinando hacia caminos realmente insospechados?, ¿y si un acto aparentemente tan banal como descolgar un teléfono pudiera realmente marcar el resto de nuestras vidas o cambiarlas para siempre? ¿y si realmente donde estás depende directamente de la forma de integrar todo lo que te ha ocurrido hasta ahora? Este pensamiento me hace sentirme un poco insegura, demasiado responsable, en vez de darme fuerza, de alguna forma me la quita, me obliga a replantearme cada paso que voy dando. La libertad absoluta es un concepto difícil de digerir, de gestionar. A mí sinceramente me aturulla. Necesito algo más, aunque sea mentira, que me ayude a soportar el tirón, a confiar plenamente en la vida. Si no ¿dónde nos queda la confianza? Eso es, confianza... cada día más y mejor, ese es mi tema de fondo, y el suyo?

jueves, 2 de septiembre de 2010

Hombres


Llevo años proponiéndomelo pero, por hache o por be (se escribe así no?), al final siempre me pueden. Sí, me pueden. Y eso que Michael (Brown) me lo ha dicho muchas veces. Necesitas conectarte contigo, encontrar esos espacios de soledad, mirar para dentro y no para fuera, dejar de buscar tu reflejo en la mirada del otro… pero no hay manera. Los hombres me persiguen. No me dejan, siempre con esa insistencia, esas ganas de cuidar, de halagarte, de hacerte feliz. Que si hoy me quieren llevar al cine, que si mañana una cenita, que si te apetece te monto un viaje sorpresa a Paris, que es muy romanticona. Y la verdad cada día estoy para menos tonterías. Que no, Daniel (Sánchez Arévalo) que no, que no tengo ganas de que me des masajitos en los pies mientras me analizas tus traumas infantiles de pijo atribulado. NO. Que no, Guille (Milkyway) que no, no me apetece pasar la noche contigo a la luz de las velas mientras me escribes un hit mirándome a los ojos. NO. Que no, Enrique (Iglesias), que no, que no quiero que me canturrees tu experiencia religiosa mientras me haces el amor al despertar. NO. Me niego. Y mirad que lo digo y lo cumplo. Y no me mandéis mensajitos para convencerme de lo contrario. Ya lo tengo decidido. No hay vuelta atrás. Esta noche ... por fin... duermo sola.