domingo, 17 de julio de 2011

conmigo, contigo


Esto no es una reflexión, ni una narración ni un relato, esto es  una declaración de intenciones. Quiero estar conmigo y a la vez contigo.  Parece así contradictorio a priori, pero yo lo tengo clarísimo: sin mí me pierdo en tus rincones. Necesito estar acompañada de mi misma para seguir tus sendas, para no despistarme en tus  recovecos y repliegues, en tus contradicciones y vaivenes. De por sí, no perderme en los míos me parece un mundo, un mundo en el que transito hace años y todavía tiene  capacidad de sorprenderme. Si ya  recorrer mis mundos me deriva a parajes a veces poco familiares, comenzar a explorar los tuyos me resulta sobrecogedor. Por eso me necesito a mí misma. Yo misma, mi, me contigo, como decía Sabina. Puede parecer egocéntrico, sí lo admito. Demasiado ombligo para tan poca carne, pero si no,  corro el riesgo de perderme y me da miedo la soledad y la angustia de la pérdida. No me gustan los bosques solitarios en mitad de la noche, prefiero las playas luminosas y acompañadas. Tus caminos abren mis nuevas sendas, te exploro y me exploro al mismo tiempo. A veces procesar tanta exploración me cuesta y quiero detenerme, pero todos los caminos llegan a algún sitio, el tuyo claramente está por definir. Una vez abierta la brecha, ya no hay vuelta atrás, solo queda caminar hacia delante,  apechugando con tus paisajes y los míos. En realidad a mi me encanta viajar e ir de turisteo. Siempre me pongo nerviosa antes de iniciar un viaje, lo desconocido me atrae, me excita y me asusta. Igual que tú, mi viaje. Por eso no quiero ir sola, quiero ir conmigo. Tranquila para poder ir disfrutando de las curvas y las rectas, de las paradas y los adelantones. De los encuentros y desencuentros. De las subidas y las bajadas.
Esto no es una reflexión, ni una narración ni un relato. Esto es una declaración de intenciones. Quiero estar conmigo y a la vez contigo.

lunes, 4 de julio de 2011

Quiero más


En el fondo estamos aquí para eso, lo intuyo. Es lo mejor y lo peor de la vida, me hacen  sentir grande, inmensa, feliz, abierta, conectada, pero también me asustan, me empequeñecen, me limitan, me frustran y me coartan. Pero sin ellas, no sería nada, mi identidad sería débil, difusa y ambigua. Sin ellas, no me descubriría en mis mil facetas, en mis mil personalidades, que se van conformando según las circunstancias se van revelando. Cada una de ellas aporta algo diferente a mi vida, y va sacando lo mejor y lo peor que hay en mi.  Yo existo porque tú estás ahí. Mi identidad se refuerza en tu presencia, en tu mirada, en tu escucha. Tengo necesidad de fundirme en tu experiencia para engordar la mía, tu serenidad, tu inquietud, tu alegría y tristeza van conformando mi mapa de emociones y mezclando los territorios. Quiero ser invadida, mezclada y contaminada. Quiero abrirme, replegarme, cerrarme y absorber. No me imagino la vida sin ellas, quiero más y mejores, quiero relaciones, personas y vivencias a mi lado. No quiero tener miedo a sufrir.