sábado, 29 de enero de 2011

Cambio de piel

 

Las serpientes cambian la piel periódicamente, lo hacen de manera natural para ajustarse a sus cambios de tamaño. Esto les aporta mucha salud, les quitan rozaduras, picaduras, les elimina los parásitos y sus células se regeneran dando paso a una nueva piel. Pensar en este proceso me reconforta.... me da fuerza ver ese poder de la naturaleza, esa capacidad de la vida de regenerarse a si misma y volver a empezar. La vida te erosiona y a la vez te libera. Sólo hay que confiar que ese cambio se va a producir, que la vida seguirá su curso de manera natural y la pulsión tendrá lugar.
El problema es que muchas veces no aguanto la erosión, no quiero rozarme, ensuciarme, que me muerdan, ni me piquen. Hemos perdido esa conexión con la naturaleza y con la vida que nos da la certeza de que la regeneración existe. Tenemos miedo de quedarnos ahí, en nuestra fragilidad, en las rozaduras... que nuestra piel ajada se exponga y no podamos aguantar el tirón. Ya no hay confianza. Nadie quiere sentirse con la piel roida, abrasada, maltrecha y deformada... deformada sólo de vida, de contacto, de intercambio, de pasión y sentimiento. No, eso no, preferimos comprarnos un traje anti-abrasiones y pensar que somos poderosos... poderosos de pacotilla, diría yo.. Nos contamos historias, nos inventamos trabajos, objetivos, sueños que nos alejan de ese malestar interno. De esa fragilidad que nos da "el no confiar", el no ser capaz de llegar al límite para la regeneración, para el cambio, para el crecimiento. Sin vida no hay cambio, sin cambio no hay vida. A veces estamos demasiado asustados para vivir y regenerarnos.
Quiero ser una serpiente, quiero ser capaz de abrasarme, fundirme con la vida y así permitir mi cambio de piel. Lo necesito, lo necesitamos.

5 comentarios:

  1. El cambio es inevitable; todos cambiamos, cada uno a su propio ritmo. Y a veces tanto el miedo como la comodidad nos anclan al presente, y nos impiden mirar hacia delante, hacia ese cambio personal, como una oportunidad nueva que se nos abre ante nuestros ojos.
    Yo también quiero ser serpiente para poder ver el cambio como algo natural, y sobre todo para desearlo desde el corazón.
    Enhorabuena Maria por tu proceso.

    ResponderEliminar
  2. Nunca he tenido simpatía por las serpientes, me producen rechazo y desagrado. Tambien las tengo por animales misterioros, silenciosos, siempre al acecho, ocultándose entre las sombras, camuflandose en el territorio. Por todos estos prejucios me ha costado entender que tambien pueden ser un animal de que aprender y que puede servir de ejemplo para el proceso del cremimiento personal. Estoy mas por la idea de que la serpiente cambia de piel porque se le queda pequeña, porque necesita crecer y no se resigna con la que tiene. Yo me quedo con ese idea, nos cuesta quedarnos sin piel porque nos volvemos vulnerables, no estamos acostumbrados a correr riesgos aún cuando, como la serpiente, volveremos a tener nueva piel mas confortable y nueva.

    No hay vida sin cambio.

    ResponderEliminar
  3. Gracias anónimos por vuestros comentarios.. hace mucha mucha ilusión que alguien diga algo.
    muchos besos
    por cierto os he cazado a los 2...jejeje

    ResponderEliminar
  4. Nos cuesta mucho sentirnos vulnerables,y es verdad, que al final, la fortaleza interior surge de un proceso previo de cambio y evolución.
    También es cierto, que hay etapas o tipos de personas a las que por carácter, les puede ocurrir, exactamente lo contrario, necesitan para sentirse vivas un continuo proceso de metamorfosis y cambio, y no son felices o viven en con una actitud resignada.

    Hacía tiempo que no escribías...te has hecho de rogar. Creo que es muy acertada tu reflexión. Un abrazo.

    ResponderEliminar
  5. Vaya, ahora la bloquera se nos descubre como cazadora, que interesante.
    Pensandolo bien, la serpiente se pasa sus buenas temporadas invernando, haciendo la digestión de la caza, etc. no nos vendría mal disfrutar de esos privilegios y ademas aprovechar ese tiempo para cambiar la piel.
    Para estos momentos de crisis y crispación no nos es mala alternativa.

    ResponderEliminar