martes, 12 de octubre de 2010

La lucha



Y sus mañanas siempre amanecían grises, envueltas en calorcito caliente pero triste, mañanas de encuentro y soledad, de intimidad y anhelos. Uno de sus profundos anhelos era dejar de anhelar, dejar de esperar, y a la vez esperar era la única salida. Dejar de esperar era renunciar y él había sido entrenado para luchar. Quizás en este caso no era la salida sino la entrada, la lucha significaba la falta de paz y la paz andaba a la vuelta de la esquina. Era cuestión de soltar, de dejarse caer, de sucumbir a lo que sentía, pero no podía. Aquello que sentía era demasiado para él, dejarse hacer era traicionar su estabilidad y en realidad la paz le asustaba más que la guerra. En la guerra siempre estaba preparado para defenderse, atacar si era necesario, pero en la paz no había razones para las armas, las corazas ni las barreras. En la paz no había donde esconderse, donde ocultar sus pesares, la paz se le antojaba demasiado dolorosa para ser una opción saludable. Dejar de luchar era su sueño y para alcanzarlo luchaba sin cesar.

8 comentarios:

  1. me ha encantado, muy literario, parece el comienzo de un buen libro, sigue asi mari, me ha encantado sobre todo la parte final... "En la guerra siempre estaba preparado para defenderse, atacar si era necesario, pero en la paz no había razones para las armas, las corazas ni las barreras. En la paz no había donde esconderse, donde ocultar sus pesares, la paz se le antojaba demasiado dolorosa para ser una opción saludable. Dejar de luchar era su sueño y para alcanzarlo luchaba sin cesar"... jo, yo a veces tb me siento así...
    besitos mil!!!

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  2. Es cierto, nos pasamos la vida con guerras exteriores de todo tipo para evitar mirarnos interiormente, reconocer quienes y como somos, enfrentarnos a nosotros mismos es mas doloroso y duro que una guerra externa... aunque las mañanas amanezcan grises, envueltas con calorcito y un buen desayuno...

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  3. Leerte me trae de nuevo a los nudos de la vida.

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  4. Se puede analizar desde distintos puntos de vista....Es muy poético, pero quizás le falta profundizar en los interrogantes que plantea: el camino como camino y no como meta, el miedo a enfrentarnos a nosotros mismos y nuestros propios miedos, la soledad acompañada, la madurez..Me estoy poniendo profunda y no quiero.
    Vuelve a ser intenso. Un abrazo.

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  5. Mamen ¿y por qué no te quieres poner profunda? Sí es verdad que de cada uno de esos temas se podrían profundizar y tirar más de la manta,ya veremos..
    Gracias a todos y todas por vuestros comentarios, me hacen mucha ilusión y están haciendo que esta experiencia del blog esté siendo muy bonita.

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  6. mi opinión es que no existe una meta, no puede existir un objetivo, llegar y plantarse. La meta es hacer el camino mientras que tengamos fuerza interior y ganas de vivir.

    "Nos vemos obligados a afrontar lo retos que nos presenta el mundo actual con recursos emocionales adaptados al pleistoceno". goleman

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  7. "Dejar de luchar era su sueño y para alcanzarlo luchaba sin cesar".
    Me quedo con esa frase, lo resume todo. Y resume muchos momentos de mi vida. No eres la única que se siente así, Marisilvi.
    Besinos

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  8. gracias a los nuevos anonimos por sus comentarios. besos

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